Fernando Gerbasi
El chavismo, desde sus inicios, buscó
apoyo y reconocimiento internacional. En muchos casos lo consiguió, tanto de
gobiernos como de movimientos sociales alternativos. Este apoyo y
reconocimiento no fue ni es gratuito, responde, en la gran mayoría de los
casos, al apoyo financiero y político
que les dio el gobierno venezolano. De ahí que este proceso se iniciara con
el incremento internacional de los precios del petróleo que tuvo lugar a partir
de mediados del año 2003.
Como consecuencia de los ingentes
recursos financieros que recibió Venezuela, lo que fortaleció la capacidad geopolítica
internacional de Hugo Chávez, éste pudo crear y fomentar instituciones y
empresas regionales y lograr alianzas geoestratégicas internacionales. Destacan
la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, que tiene
como pivote, tanto financiero como político a Venezuela. Con la reciente caída
de los precios mundiales de los hidrocarburos este proceso, mal calificado de
integracionista, comienza a debilitarse. Creó, además, a Petrocaribe y Telesur
y logró, en compensación por el financiamiento otorgado, el apoyo de los
Piqueteros y de la Madres de la Plaza de Mayo de Argentina, del Movimiento de
los Sin Tierra de Brasil, de movimientos indigenistas de Bolivia, Ecuador y
Perú. La guerrilla de las FARC, considerada por 33 países como organización
terrorista al igual que el ELN, también apoyan al régimen chavista. Este
también es el caso de Hamas, Hizbolá e incluso ETA, según jueces españoles. En
este contexto se inscribió la estrecha relación con el gobierno iraní de
Ahmadinejad.
Todo este tramado de apoyo y relaciones,
generado por el chavismo a lo largo de
los últimos 12 años, lo que persiguió fue crear nuevos polos de poder con el
fin de lograr el quiebre de la hegemonía del “imperialismo norteamericano” e
imponer el parecer del Socialismo del Siglo XXI.
Es en este contexto de apoyos,
reconocimientos y la generación en otros países de movimientos alternativos
anticapitalistas que hay que analizar y evaluar el financiamiento que Hugo
Chávez le dio a la Fundación Centro de Estudios Políticos y Sociales, CEPS,
contratando como asesores y pagándoles elevados salarios así como otras
prebendas, a los que hoy forman la cúpula del partido Podemos. Chávez justificó
su profundo entendimiento con ellos con base a la tesis central del CEPS:
trabajar en el “fomento (de) consensos de izquierda”.
Nuevas informaciones periodísticas en
España revelan que el gobierno venezolano pagó a la Fundación CEPS más de 7
millones de euros. Ellas se fundamentan en un punto de cuenta que el entonces
ministro de Finanzas, Rafael Isea, sometiera con fecha 28 de mayo de 2008, a la
consideración del presidente Hugo Chávez quien lo aprobó y rubricó con su
firma. Lo que conviene destacar y tener presente, es la siguiente frase del
punto de cuenta justificativa del desembolso: “El consiguiente apoyo económico
que significara para la Fundación CEPS esta contratación, permitirá estrechar
lazos y compromisos con reconocidos representantes de las escuelas de
pensamiento de izquierdas, fundamentalmente anticapitalistas, que en España
pueden crear consensos de fuerzas políticas y movimientos sociales, propiciando
en ese país cambios políticos aún más afines al gobierno bolivariano.”
Toda vez que esos representantes de las
“escuelas de pensamientos de izquierdas”, miembros e incluso directivos de la
Fundación CEPS, que fueron contratados como asesores del gobierno bolivariano
no son otros que los actuales líderes de
Podemos, fue fácil concluir que este partido recibió financiamiento extranjero
para su creación. Como en España la financiación de un partido político por
parte de un país es delito, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la
Policía Nacional investiga si Podemos fue financiado por Venezuela.
De lo que no cabe duda es que los
fundadores de Podemos cobraron sumas más que importantes del gobierno chavista
a través de la Fundación CEPS. Se sabe
que Pablo Iglesias, durante los años 2.006 y 2.007 estuvo trabajando en
Venezuela. Iñigo Errejón fue el Director de Investigación de Identidades
Políticas de la Fundación GIS XXI, dirigida por Jessie Chacón, prohombre del
chavismo. Juan Carlos Monedero fue uno de los fundadores, en el 2.005, del
Centro Internacional Mirada adscrito al ministerio de Educación Universitaria
de Venezuela y durante varios años su responsable de formación; además, y es lo
que hay que destacar, entre el 2.005 y el 2.010 fue el asesor directo del
presidente Chávez. Todos ellos son responsables del diseño y puesta en práctica
de estrategias políticas de Hugo Chávez, incluso para tratar de controlar a la
oposición, así como de políticas públicas más conocidas como las Misiones. Pero
además, su presencia y asesoramiento incidió, en mucho, en la acción del
gobierno chavista razón por lo cual son corresponsables, al menos políticamente, del desastre y de la crisis humanitaria que
actualmente vive Venezuela.
Por otra parte, a través de sus programas
de televisión en suelo español se convirtieron en exegetas de la mal llamada
“revolución bolivariana”. Nunca han recibido, especialmente Pablo Iglesias, a
Lilian Tintori o a Mitzy Capriles, esposas de Leopoldo López y Antonio Ledezma, respectivamente., Por lo
que no han apoyado la liberación de los
presos políticos en Venezuela, ni condenado las violaciones de los derechos
humanos que realiza el régimen venezolano.
Por todo esto tenemos que calificar de
chavistas a quienes hoy en día se arropan en manto democrático, y levantan la
voz contra otros en las Cortes por no reconocer los derechos humanos, pero son
incapaces de condenar el estado de cosas nefastas que ocurren en Venezuela.
Podemos es chavismo.
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Publicado en www.elcorreodelorinoco.com el
08.04.2016.
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