Fernando Gerbasi
No deja de llamar la atención la
polémica que desde hace un tiempo se ha generado, particularmente en las redes
sociales, entre venezolanos residentes
en Venezuela y otros residentes en el extranjero. Los primeros, aduciendo
constantemente razones para no dejar el país y los segundos explicando por qué
lo han hecho. En verdad, no hay nada que explicar, cada quien vive sus propias
circunstancias que son las que los han llevado a tomar una u otra decisión.
Debemos comprender, eso si, que nuestro
país no es lo que fue y no se sabe cómo será en un futuro próximo. La hecatombe
chavista, cúmulo de políticas erradas a lo largo de los años signadas por
querer imponer un pensamiento ideológico único a la población, deja y dejará
una profunda huella negativa que tardaremos muchos años, y quizás algunas
generaciones, en borrar de la faz de nuestra tierra. Es en esta hecatombe donde
encontramos el fundamento de ese falso dilema.
De conformidad con algunos estudios
realizados los venezolanos que han dejado el país durante los últimos 17 años
pudieran estar en 1.650.000, mientras que otros los sitúan en 1.800.000. Tomar
una u otra cifra solo nos lleva a la conclusión que el número de venezolanos emigrantes
es enorme pues esa, la de migrar, nunca fue la actitud del venezolano. Todo lo
contrario, siempre fuimos reconocidos como un país de fronteras abiertas
receptor de inmigrantes, de ahí la presencia casi histórica de italianos que se
hizo más evidente después de la segunda guerra mundial, al igual que la de los españoles
y portugueses. A partir de los años setenta fueron llegando varios millones de colombianos, conjuntamente
con chilenos, ecuatorianos, haitianos, cubanos y de otros países
latinoamericanos. No hay que olvidar que como rasgo importante de nuestra
idiosincrasia hemos sido siempre partidarios a recibir nacionales de países que
estaban bajo la bota militar de las dictaduras, en particular las de los años
setenta del Cono Sur. Cuántos miles de argentinos y chilenos no encontraron
refugio en Venezuela durante las dictaduras militares de Argentina y de
Pinochet en Chile?
El 1º de septiembre marcó un hito en la
historia venezolana con la Toma de Caracas. Un millón o más de caraqueños, pero
también venezolanos de otras latitudes, se lanzaron a la calle a manifestar su
voluntad para que tenga lugar este año el Referendo Revocatorio de Nicolás
Maduro como presidente de la república. Pero también manifestaron para expresar
su profundo descontento por la critica situación en la que viven como
consecuencia de la escasez de alimentos, de medicinas, o por la elevada
inseguridad que impone día a día un toque de queda voluntario, o por la
galopante inflación que hace que los sueldos y salarios no permitan llegar a
fin de mes o que en las mesas de muchos hogares no se sienten a comer sino una
o dos veces al día.
Los venezolanos radicados en otros
países[1]
también se manifestaron en apoyo a la realización del RR16. Pero también lo
hicieron para exigir que los estudiantes puedan recibir sus dineros para
continuar sus estudios y puedan costearse su manutención; para que los
pensionados del IVSS, que tienen todo el año 2016 o más sin cobrar reciban lo
que les corresponde y que es fruto de años de trabajo y cotización; para que
los jubilados cobren sus jubilaciones;
para que puedan enviarle medicinas a sus
familiares que las requieren; en fin, para que los venezolanos, en general, puedan
vivir en libertad y democracia.
No comprender que el venezolano en
Venezuela o en el extranjero vive con la misma intensidad la crisis por la que
atravesamos es no conocer nuestro carácter. Ningún venezolano se siente ajeno a
lo que ocurre en el suelo patrio, por ello, esté donde esté, manifiesta su
repudio al régimen y exige el derecho que la Constitución le da de revocar a Maduro en al año 2016.
Dejémonos de falsos dilemas y tengamos presente que quienes dejaron el país lo hicieron porque se vieron obligados o porque las circunstancias
personales se lo impusieron.
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en @fernandogerbasi
[1] En las siguientes ciudades según informaciones recabadas: Quito,
San Francisco, Houston, Washington D.C., Roma, Río de Janeiro, Miami, Santiago
de Chile, Panamá, Milano, Paris, Bogotá, Tenerife, Gran Canaria, Charlotte
N.C., Atlanta, Austin, Ámsterdam, Denver, Londres, Barcelona, México D.F. y
Madrid. Y con toda seguridad en muchas otras ciudades más sobre las que no se
dio información.
MUY BUEN ARTÍCULO Y APROPIADO PARA LOS MOMENTOS QUE ESTAMOS VIVIENDO LOS VENEZOLANOS
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