Fernando Gerbasi
Por segunda vez la oposición le inflige
una derrota al gobierno y al oficialismo. La primera fue el 6 de diciembre del
año pasado, en las elecciones parlamentarias, en las que fueron electos
diputados a la Asamblea Nacional 112 de los candidatos de la MUD, lo que se
tradujo en una mayoría calificada. La segunda derrota ha sido recientemente con
la recolección de firmas para activar el referendo para revocar el mandato de
Nicolás Maduro, de conformidad con el artículo 72 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela. El madrugonazo de la oposición al oficialismo, con la entrega
temprana de 1.850.000 firmas, los ha dejado fuera de si y con la brújula
política sin norte. De ahí los arrebatos de algunos líderes del PSUV y las
correspondientes amenazas, en particular a los funcionarios públicos, que en
lugar de ser considerados parte de una administración de Estado se les tiene
por sujetos del régimen para ser usados y utilizados a su real gana y saber.
Hay que tener consciencia que llegar al
referendo revocatorio antes del 10 de enero del año 2017 no es tarea fácil. Por
una parte, hay que preguntarse por qué un gobierno que controla todos los
poderes públicos, que está dispuesto a llevar a Venezuela a su destrucción
total antes que entregar el poder, que es capaz de violar de manera reincidente
la Constitución Nacional acepta que se inicien los trámites correspondientes
para la realización de un referendo que revoque el mandato del presidente de la
República. Por la otra, si está el CNE dispuesto a cumplir con los lapsos que
el mismo estableció?
Con respecto a la primera pregunta
surgen inmediatamente varias hipótesis de respuesta.
En primer lugar, el gobierno accede para
crear falsas ilusiones en la espera de tiempos mejores para el propio gobierno.
Por ello, puede convertir al revocatorio en una carrera de obstáculos que nunca
llegará a su fin. Ello, para que el ciudadano de a pie abrigue falsas esperanzas
de una cambio real a su precaria situación personal y postergue sus
justificados reclamos ante la falta de comida, de medicamentos, de
electricidad, de agua, de dinero para llegar a fin de mes, de seguridad personal. La posible realización
de un referendo revocatorio no sería sino una ilusión política gatopardiana.
En segundo lugar, porque hay fuertes
presiones al interno del chavismo e incluso de los mandos medios de las FAN para
que salga Maduro, a lo que se accedería pero sin ello correr el riesgo de
perder el poder, lo que se traduciría en la realización del referendo después
de enero de 2017, de forma tal que el vicepresidente de la República concluya
el mandato presidencial hasta enero de 2019. En este caso no hay que pensar en
que el actual vicepresidente, Aristóbulo
Istúriz ocuparía la silla presidencial hasta concluir el mandato, pareciera
más lógico que quien quedará encargada fuera
la “primera combatiente”, es decir Cilia Flores, de manera tal que todo quede
en familia y bajo el mismo control.
En lo que respecta a la segunda pregunta
la respuesta está íntimamente vinculada a las dadas a la primera, toda vez que
las Rectoras son parte de un todo, el oficialismo. Los lapsos parecieran estar
destinados a no cumplirse. Nada garantiza que el revocatorio pueda realizarse
en los tiempos establecidos, es decir en 175 días después de iniciarse la
verificación de las firmas recientemente recogidas por la MUD. Hace pocos días en declaraciones de la
presidenta del CNE constatamos que ésta nunca se pronunció por la realización del referendo durante el
año 2016. Además, se vislumbró que las
Rectoras están dispuestas a modificar el reglamento para garantizar los
derechos humanos y políticos de Nicolás Maduro. Lo que nunca dijo ni dejó
entrever la presidenta del CNE es quién responde por los derechos humanos y
políticos de los venezolanos.
En fin, que quede claro que la
realización del referendo revocatorio está en las propias manos de los
ciudadanos. La gran mayoría de los venezolanos quiere el revocatorio; los que
ya firmaron en más de un 85% están dispuestos a firmar de nuevo a pesar de las
amenazas recibidas. Por lo tanto, hay que seguir el camino emprendido y
defender, por todos los medios a nuestro alcance, los derechos que nos da nuestra propia
Constitución.
09 de mayo de 2016.
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