Fernando Gerbasi
Este es el titulo del libro que Leopoldo
López escribió desde la cárcel militar de Ramo Verde, donde se encuentra
recluido desde el 18 de febrero de 2014. Fue publicado por la Editorial
Península del Grupo Planeta y presentado, con amplia repercusión mediática, en
la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid.
“Preso pero libre” es un libro esencial
para comprender lo ocurrido, durante los dos últimos años, en la tormentosa
vida política de nuestro país. A través de el conocemos el día a día de un
preso político venezolano, de cómo se organiza para ser resiliente, es decir, capaz de adaptarse a esa nueva situación adversa que lo afecta directamente a el y a
su familia. Pero también descubrimos a un hombre que, al asumir su lucha
política, se hace cada vez más fuerte, esencialmente en lo más profundo de su
ser. Fuerte en su voluntad de mantener incólume su dignidad; fuerte en sus
profundas convicciones, tanto personales como políticas; fuerte en su visión de
lo que ha de ser Venezuela y hacia que democracia debe enrumbarse.
En el libro también se deja constancia del
comportamiento perverso y maligno de ciertos militares directores de Ramo
Verde, que guiados por su afán de ganar méritos ante sus superiores e incapaces
de medir las consecuencias de sus actos, ya sea por carencia de educación o
ignorancia de acuerdos internacionales, en particular los relativos a la
promoción y defensa de los derechos humanos, actúan de manera bárbara no
cónsona con el trato que se debe dar a un preso y más particularmente político.
Una de las frases que llama la atención
del lector es la siguiente: “Algunos compañeros de la oposición, por temor o
ignorancia, piensan que la lucha no violenta es pasiva, es contemplativa, es
complaciente. Todo lo contrario”.
Esta frase es parte importante de las
reflexiones de Leopoldo López sobre los
riesgos de la lucha por la libertad, en su libro “Preso pero libre”. Ellas están contenidas en el capítulo 7 del
libro, que constituye en si mismo, y ello sin quitarle méritos a los otros
capítulos, el meollo del libro. Leopoldo reflexiona y analiza las razones de su lucha política, que
ha estado influenciada en mucho por hombres como Rómulo Betancourt, Nelson
Mandela, Martín Luther King y Mahatma Gandhi.
Para lograr los cambios profundos que
requiere el país Leopoldo llega a la conclusión que es necesario asumir
riesgos. Esto es fundamental para derrotar el miedo paralizante frente a la
administración del terror por parte del régimen, e incita a otros dirigentes de
la oposición a que sean capaces de asumir riesgos. No obstante, los riesgos los
asume en el contexto de la lucha no violenta, que es “irreverente y desafiante”.
El más grande exponente de la filosofía
ético-política de la no violencia fue Mahatma Gandhi, y a través de ella logró su
objetivo, la independencia de la India. Para él la no violencia no puede
entenderse como pasividad ante ciertas situaciones, por el contrario, ellas
deben enfrentarse mediante la utilización de métodos no violentos. Estos pueden
ser la desobediencia civil, la huelga de hambre, la protesta, la no
colaboración, la huelga o la manifestación pacífica como hizo él, acompañado
por una multitud, en la famosa Marcha de
la Sal. También la utilizó Martín Luther
King, en su célebre Marcha sobre
Washington que concluyó con su célebre discurso “Tengo un sueño”. Ciertamente y
ello es lo esencial, la no violencia rechaza la violencia ya que ésta engendra
violencia.
Según Leopoldo López, la democracia debe
promover, permitir y garantizar que todos los derechos sean para todas las
personas. Para ello son esenciales tres condiciones. En primer lugar un Estado
que asuma plenamente sus responsabilidades en materia de educación, salud,
seguridad social, seguridad ciudadana, etc. En segundo lugar, una justicia
independiente que garantice que ningún
ciudadano quede excluido de sus propios derechos. Y finalmente, que las organizaciones sociales
y los propios ciudadanos defiendan permanentemente sus propios derechos.
En la Venezuela de hoy no circula este
libro por temor a su contenido. Es un escrito de un hombre libre que lucha por
la promoción y vigencia de la libertad
en una sociedad democrática, en la que cada individuo pueda ejercer y disfrutar
plenamente todos sus derechos, sean estos políticos, sociales, económicos,
culturales o públicos. En fin, un país
nuevo, un país distinto al que conocemos desde hace 17 años.
Publicado en elcorreodelorinoco.com
@fernandogerbasi
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