martes, 8 de marzo de 2016

Un prisionero de consciencia

Fernando Gerbasi

A principios de  1961 el abogado inglés Peter Benesson, en compañía de un pequeño grupo de colegas, académicos y escritores, lanzó una campaña mundial - Llamado por una amnistía 1961- en favor de los prisioneros de consciencia y su pronta liberación. Tal fue el apoyo masivo que recibió el Llamado que la campaña se convirtió en una ONG, Amnistía Internacional, reconocida hoy en día como la principal institución internacional defensora de los derechos humanos, razón por la cual le fue otorgado, en 1977,  el Premio Nobel para la Paz.

Ellos fueron los primeros en definir al prisionero de consciencia, y lo hicieron de esta manera: «Cualquier persona a la que se le impide físicamente (por prisión u otras causas) expresar (en cualquier forma de palabras o símbolos) cualquier opinión que mantiene honestamente y que no defiende ni justifica la violencia personal».

El 18 de febrero de 2014, el líder político venezolano Leopoldo López fue encarcelado y acusado injustamente del delito de asociación, instigación a delinquir, delitos de intimidación pública, incendio a edificio público, daños a la propiedad y lesiones graves. Otras personas, incluyendo cuatro inocentes estudiantes, fueron acusados al igual que López con la clara intención de montar una patraña en su contra.

Leopoldo López fue condenado el 10 de septiembre de 2015, a 13 años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión, en una clara demostración de la absoluta falta de independencia e imparcialidad judicial en Venezuela. Además, el juicio fue totalmente amañado, con base a pruebas  falsas y carentes de credibilidad, como de ello dejó constancia ante la opinión pública internacional, en el mes de octubre del mismo año, quien fuera su fiscal acusador, Franklin Nieves.

A raíz de esta ignominia, la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas declaró “Los cargos contra Leopoldo López nunca fueron adecuadamente sustanciados y la sentencia de prisión en su contra tiene una clara motivación política. Su único ‘crimen’ es ser líder de un partido opositor en Venezuela.” Y luego agregó, “es un prisionero de consciencia y debe ser liberado inmediata e incondicionalmente.”

El pasado 3 de marzo, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, a iniciativa del prestigioso bufete español de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y ante una muy nutrida y acreditada audiencia, se presentó el Manifiesto de juristas por los derechos humanos en Venezuela, libertad para Leopoldo López. Este documento fue suscrito por más de 1.200 juristas de unos 20 países, entre los que destacan Felipe González y José María Aznar, pero también Javier Cremades, el ex ministro de justicia español Alberto Ruiz Gallardo, la ex comisaria de Relaciones Exteriores de la UE Benita Ferrero-Waldner y Alfonso Valdivieso, ex fiscal general de Colombia, por tan solo citar algunos.


Para este notorio conjunto de juristas internacionales, las causas del encarcelamiento de López se encuentran en “…el actual régimen político venezolano (que) representa: un sistema que ha falseado la democracia, violando los derechos humanos y la separación de poderes, sin independencia judicial, sin seguridad jurídica y sin recatarse en reprimir la libertad de prensa y cualquier otro instrumento de control del poder. Bajo la apariencia de un Estado con Constitución, la realidad actual de la organización política venezolana es la de un régimen populista que, al no garantizar los derechos humanos, la división de poderes y el pluralismo político, contradice abiertamente los principios básicos del Estado constitucional democrático.”

En el Manifiesto se considera que, dadas las gravísimas vulneraciones de derechos cometidas durante el juicio, ha de considerarse la sentencia radicalmente nula y por tanto los firmantes exigen la inmediata e incondicional liberación de Leopoldo López así como de los estudiantes condenados.

Estas voces se unen a las de gobiernos,  ex presidentes latinoamericanos, intelectuales de distintas partes del mundo, ONG internacionales defensoras de los derechos humanos, que todas claman por la inmediata liberación de Leopoldo López, como consecuencia de la encomiable campaña que a nivel mundial han llevado a cabo su esposa, Lilian, su madre, su padre y su hermana, lo que ha hecho que Leopoldo sea reconocido y declarado la figura emblemática  de los presos de consciencia de todo el mundo.

@fernandogerbasi

 Publicado en elcorreodelorinoco.com el 07 de marzo de 2016. 




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