domingo, 23 de octubre de 2011

Chávez y su visión del Mundo


Fernando Gerbasi



Como lo señalaba el Primer Ministro inglés en su articulo más reciente, “La globalización de la paz”, vivimos en un mundo interdependiente, lo que significa que “una crisis que surge en algún lugar se convierte en crisis en muchos otros lugares”. A esta definición, ya importante por si misma, habría que agregar otra según la cual la interdependencia entre las naciones significa que cualquier medida que adopte un país que pueda trascender sus fronteras tendrá consecuencias, positivas o negativas, sobre las políticas de otro país independientemente de su localización geográfica. Tiene entonces razón Blair cuando afirma que “no se puede tener una visión coherente del interés nacional en nuestros días sin una visión coherente de la comunidad internacional”.

¿Tendrá el Presidente Chávez una visión coherente de la comunidad internacional?

Vamos a tratar de dar respuesta a esta interrogante analizando, en la medida de lo posible, la frenética política exterior desarrollada por Chávez durante las últimas semanas, tanto a nivel regional como internacional.

Debemos comenzar por dejar sentado que en Venezuela y bajo el actual régimen,  no existe una política exterior de Estado. Para que ello ocurra,  ésta se debe basar en la defensa de los intereses vitales de la República, con la participación de todos los actores interesados y sobre la base del consenso. En la Venezuela de hoy la política exterior obedece al proyecto político personalista y autoritario del Presidente de la República, por lo que  responde a sus propios intereses.

Chávez quiere consolidarse como el líder internacional del “socialismo del siglo XXI”; el que enterrará al imperio norteamericano y salvará al mundo de los nefastos efectos del neoliberalismo. Consecuentemente ha asumido una posición inflexible en la región, exigiendo de los gobiernos que elijan entre su visión de unidad continental o el libre comercio. Si eligen la segunda opción se convierten automáticamente en sus enemigos, y los ataca constantemente, de una manera verbal despiadada pero incluso aupando movimientos nacionales “espontáneos” contra sus políticas; de ahí las acusaciones del gobierno del Ecuador en relación a las manifestaciones ocurridas en ese país contra la firma del TLC con los Estados Unidos.

Para poner en práctica su proyecto político internacional, tiene a su favor dos situaciones excepcionales. Por una parte, un Presidente de los Estados Unidos de América que esta en su más bajo nivel de popularidad y con un alto rechazo internacional, particularmente en Europa, como consecuencia de su invasión a Irak hace tres años; y por la otra, los altísimos precios internacionales sostenidos del petróleo que le producen ingentes ingresos en divisas que no son controlados por los órganos competentes del Estado, especialmente en la forma, manera y lugar como se decide su erogación. Como consecuencia de lo primero, sus planteamientos contra el Presidente Bush, su administración y el neoliberalismo encuentra eco en los huérfanos movimientos izquierdistas europeos que desde la caída del comunismo andan en la búsqueda de un “Mesías” y, en los movimientos antiglobalizadores y ambientalistas; ciertamente, todo ello empaquetado en campañas publicitarias previas de elevados costos, la manipulación de políticos y generadores de opinión para convencerlos de las excelentes y efectivas políticas sociales que desarrolla en favor de los pobres de Venezuela que, a pesar de ellas, siguen creciendo o se mantienen en proporción igual a la de hace ocho años atrás. La segunda le ha permitido, particularmente durante los años más recientes, inyectar ingentes cantidades de capitales – según algunos expertos entre 18.000 y 20.000 millones de dólares comprometidos -  en países de la región a través de donaciones, la compra de bonos de la deuda externa, de compras superfluas de productos agrícolas o manufacturados allende de las fronteras venezolanas, de contratos altamente favorables para los sectores privados de otras naciones, en fin, ha contribuido, directa o indirectamente, a resolver problemas económicos, sociales y políticos de otros países de la América Latina y El Caribe, exigiéndoles en retribución o apoyo incondicional a su proyecto político o al menos una actitud pasiva frente al mismo. Pero, todo tiene su límite y los pueblos su dignidad.

La reciente gira que Chávez realizara por Europa y el norte de África, independientemente de los amplios espacios que ocupara en los medios de comunicación de esos países, ya fuera para alabarlo o criticarlo, puede considerarse un fracaso por las razones que expondremos a continuación.

Su audiencia con el Santo Padre, si uno se remite  a las formas, fue muy particular y nada beneficiosa. Benedicto XVI lo recibió con un escritorio de por medio, le recriminó una serie de decisiones de su gobierno que limitan las actividades de la Iglesia en Venezuela, que tienen que ver con  la designación de obispos, educación, aspectos sociales, hasta los  medios de comunicación social católicos  y,  en fin, para que no las olvidara, se las entregó por escrito lo que es  inusual en este tipo de encuentro.

La Cuarta Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno Unión Europea – América Latina Caribe, que se celebró en Viena los días 12 y 13 de mayo, tenía por finalidad de concluir una Asociación Estratégica Birregional que, de conformidad con el Parlamento Europeo,  no se podía limitar a propuestas o acciones aisladas sino a obtener,  como objetivo último, el establecimiento de una genuina asociación política y de seguridad, la creación de una Zona Euro-Latinoamericana de Libre Comercio hacia el año 2010, y la puesta en marcha de en una verdadera coalición  en los ámbitos social, del conocimiento y de la búsqueda en común de un desarrollo sostenible. La finalidad última de la Cumbre, a juicio de los europeos, era la de crear un entorno favorable para los intercambios y las inversiones entre ambas regiones mediante la consolidación del sistema comercial multilateral de la OMC; la profundización de los actuales Acuerdos con México y Chile; la negociación de Acuerdos de asociación y libre comercio con MERCOSUR, la CAN, América Central y los países del Caribe. Toda vez que el  éxito o fracaso de la Cumbre de Viena dependía en gran medida de la conclusión del Acuerdo UE-Mercosur y del inicio de las negociaciones con la CAN y Centroamérica, y tan sólo se logró esto último, se concluye que la Cumbre fue un fracaso.  Contribuyeron en mucho para que ello fuera así las posturas asumidas por Venezuela y Bolivia, tanto antes como durante la Cumbre.  De ahí las criticas de muchos líderes europeos al Presidente Chávez, al que calificaron de populista y poco serio en sus planteamientos. Para colmo, ambos Presidentes participaron en una Cumbre Alternativa que se celebró en paralelo al evento oficial al que habían sido convocados.

Visitó privadamente Inglaterra, atendiendo una invitación del Alcalde de Londres, Ken Livingston, enemigo del Primer Ministro Tony Blair, que si bien algunos consideran que está pronto a salir, analistas señalan que aún hay un trecho importante por recorrer que le pudiera ser favorable. Si bien desde el punto de vista de sus interese políticos, esencialmente por la cobertura mediática que para bien o para mal tuvo su visita, se pudiera concluir que fue un éxito, incluso porque llegó al inglés medio quien no tiene ningún interés, ni mucho menos sabe lo que ocurre en Venezuela, pero encontró en Chávez alguien, que en su opinión, le habla claro y de frente a Bush y critica su política intervencionista en Irak. No obstante, desde el punto de vista formal y de los intereses de Venezuela,  la visita fue un fracaso. Por una parte fue más que un desaire hacia el Primer Ministro al reunirse no tan sólo con el Alcalde Livingston sino también con miembros del Partido Laborista, en particular parlamentarios, que adversan férreamente a Blair; y, por la otra, no hubo ningún beneficio de ninguna índole para nuestro país.

Las visitas a Argelia y Libia no tuvieron mayor relevancia. Si bien en la primera al parecer se firmaron algunos acuerdos de cooperación energética y uno entre las Academias diplomáticas de los dos países, en la segunda y según declaraciones del portavoz de Gadaffi, la conversación se centró, tan sólo durante algo más de treinta minutos, en la próxima reunión de la OPEP en Caracas, que tendrá lugar a principios de junio. Y no podía ser de otra manera pues ambos países estrechan cada día más sus relaciones con los Estados Unidos de Norteamérica. En momentos de la visita, el gobierno norteamericano reanudó relaciones con el libio y lo excluyó de la lista de países que cooperan con el terrorismo dejando el espacio libre para que lo ocupara Venezuela. ¡Que casualidad!

En América Latina la situación es variopinta aunque hay que reconocer que el proyecto político de Chávez se ha ido consolidando aunque no ha estado exento de escollos. Para tener una visión amplia y objetiva conviene repasar algunos acontecimientos recientes.

El pasado 28 de abril los Presidentes Morales, Castro y Chávez suscriben en La Habana el Acuerdo de los Pueblos, lo que inserta a Bolivia en la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), que no es otra cosa que la contrapropuesta chavista al ALCA. Inmediatamente después Morales procedían a nacionalizar los hidrocarburos, creando tensas situaciones con países vecinos productores y consumidores fundamentales del gas boliviano,  como Brasil y Argentina. Consciente que detrás de esta decisión, y más particularmente la forma en que fue tomada, se encontraba la mano de Chávez, el gobierno brasilero cuya empresa Petrobrás cuenta con activos valorados en 2.000 millones de dólares en Bolivia, reaccionó poniendo en duda su participación en el proyecto de gasoducto suramericano y señalando que Venezuela se debía adaptar al Mercosur y no lo contrario, en clara referencia a las últimas insinuaciones de Chávez que Mercosur tenía que ser revisado y adaptado a las nuevas circunstancias internacionales de carácter político, así como  por haberse involucrado en las disputas que mantiene en la actualidad Brasil con Paraguay y Uruguay sobre el bloque comercial. Además, Brasil tiene que ver con gran preocupación, particularmente el estamento militar de ese país, la presencia cada vez más decisiva de Venezuela en las políticas bolivianas, a lo que hay que agregar el eje cada vez más estrecho entre Buenos Aires y Caracas, en detrimento de la influencia geopolítica del gigante suramericano. A pesar de haber alcanzado durante los últimos días consenso entorno al protocolo de adhesión al Mercosur pero que aún debe ser ratificado por los parlamentos, Venezuela mantiene, en las actuales circunstancias, una relación difícil y delicada con Brasil. Persisten dos visiones distintas. Brasil  apuesta a la integración económica suramericana, Venezuela a la política. Brasil cree en el libre comercio e impulsa las negociaciones en la OMC y no descarta llegar a un TLC con los Estados Unidos de América pues como declaró recientemente el Presidente Lula no hay que “ideologizar las relaciones comerciales”, mientras que Venezuela propone el ALBA, que se fundamenta en mucho en el trueque. Esta situación,  a pesar de las ingentes inversiones privadas brasileras en nuestro país, puede llevar a un fuerte distanciamiento entre los dos gobiernos a mediano plazo y a la anulación de proyectos regionales, hoy en día en fase de estudio, como el famoso gasoducto.

No cabe duda que Chávez ejerce una influencia particular sobre su homologo Morales. Desde el triunfo de éste último, el gobierno venezolano se ha hecho presente en Bolivia facilitándole dinero para iniciar su gobierno, diesel y productos refinados a precios de descuento, aviones para sus desplazamientos internacionales, expertos para asesorarlo en negociaciones sobre mineral de hierro con empresas transnacionales, o en la nacionalización de los hidrocarburos, o en el desarrollo de planes sociales de salud pública y de alfabetización. Los encuentros entre Chávez y Morales son cada vez más frecuentes y el mandatario venezolano se ha convertido en un defensor a ultranza, a nivel internacional, de los intereses bolivianos y de las políticas que adelanta Morales. Esto ha generado serias resistencias en Bolivia por parte de los opositores al presidente de ese país.

Hace pocos días ambos mandatarios suscribieron acuerdos según los cuales PDVSA invertirá en Bolivia 1.500 millones de dólares, en cuatro proyectos energéticos, siendo esta inversión casi igual a la realizada por PETROBRAS durante la última década. Durante los próximos 18 meses PDVSA y YPFB instalarán, en las regiones de Santa Cruz y Tarija,  dos plantas separadoras de etano, propano y metano. También se construirá una planta petroquímica para transformar el gas natural y el petróleo en polietileno, plásticos, resinas, urea y fertilizantes. Además, Venezuela comprará soja boliviana y contribuirá, financieramente, a la industrialización de la hoja de coca y a la instalación de radios comunitarias dirigidas por campesinos.

En la concentración popular que se realizó en la región de Chaparé, en la cual participaron el Vicepresidente de Cuba, Morales y Chávez, -todos vestidos con ponchos y sombreros indígenas - al escuchar el discurso de este último un observador desprevenido no hubiera podido distinguirlo del Presidente de Bolivia, como consecuencia de los tiempos verbales utilizados en los que prevaleció, constantemente, la primera persona del plural al referirse a los recursos procedentes de Venezuela que serían utilizados en Bolivia, tales como un fondo de desarrollo.

La decisión de retirarse de la Comunidad Andina y del Grupo de los Tres, - sin que mediaran consultas o estudios que la avalaran-, traerá serias consecuencias para Venezuela, tanto en lo económico como en lo político.

 Nuestras exportaciones a los países miembros de la CAN durante el año 2005 alcanzaron $ 1.800 millones, ello representó el 20% del intercambio intracomunitario que fue de $8.922 millones. Entre el 2004 y el 2005 este intercambio creció del 21% debido, esencialmente, al crecimiento del intercambio colombo venezolano que fue de $ 3.300 millones en 2005. Para este mismo año importamos del total de países de la CAN la suma de $ 2.654 millones, ello, sumado a los $ 1.800 millones exportados nos da un intercambio de $ 4.454 millones, en su mayoría productos del agro, agroindustriales y manufacturados.

Nuestras exportaciones hacia México fueron del orden de $ 700 millones, siendo este país el tercer mercado para nuestras exportaciones no tradicionales y Colombia el primero. Pero conviene llamar la atención que las empresas mexicanas son las primeras inversionistas latinoamericanas en nuestro país con un monto de $ 3.000 millones, las cuales, por razones de inseguridad jurídica y desestímulo económico y comercial pudieran retirarse del mercado nacional, a mediano plazo. Como se puede apreciar, nuestra relación derivada de la CAN y del G 3 es significativa y aunque nuestra salida de ambos procesos no representa necesariamente la pérdida total de ese intercambio comercial  e inversiones, no es descartable la disminución de ambos sin que sean remplazados pon terceros, particularmente cuando nuestras exportaciones a todos los países del Mercosur se sitúan en alrededor de unos $ 500 millones y nuestra producción nacional deberá competir con economías relativamente más desarrolladas, desde todo punto de vista, como son la brasileña y la argentina.

En lo político la influencia subregional de Venezuela, incluyendo Centroamérica cuyos países ya se disponen a suscribir un TLC con Colombia, se verá seriamente afectada. A ello se une las tensas relaciones con Perú y México por la indebida intromisión del Presidente Chávez en los procesos internos electorales de esos países, lo que ha llevado, en ambos casos, al retiro sine die de los Embajadores. Cabe acotar que las diatribas y ataques de Chávez al candidato García pueden llevar a la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países, especialmente si se concreta el triunfo de García el 4 de junio de conformidad con las encuestas que circulan. Además y con toda seguridad, Chávez, seguirá aupando a Humala y tratará de hacerle la vida difícil al nuevo gobierno peruano que podría buscar una alianza estratégica con Uribe.

Con respecto a las elecciones en Colombia no cabe duda que Uribe será reelecto y ello por varias razones entre las que cabe destacar las siguientes: sus éxitos en materia de seguridad y en el manejo de la economía. Con respecto a la primera, hay que resaltar que los secuestros, - gravísimo problema que confronta la sociedad colombiana pues se había convertido en una forma de vida – cayeron de 3328 en 1999 a tan sólo 581 en el 2005; el número de homicidios pasó de 66 por 100.000 en el 2002 a 37,8 en el 2005 y finalmente las desmovilizaciones de los movimientos paramilitares y las conversaciones de paz que se mantienen en La Habana con el ELN, permiten pensar que está en posición de alcanzar la paz con las FARC, en un futuro cercano. En cuanto a la economía esta ha venido creciendo de manera sostenida durante todo su mandato alcanzado una tasa de crecimiento de 5,6%,  en el 2005.

La reelección de Uribe lo colocará como un punto de referencia en el panorama democrático de la América Latina, acrecentará su liderazgo y talla de estadista y favorecerá el desarrollo de su política privilegiada con los Estados Unidos de América, tanto en lo que concierne a sus políticas nacionales como a la internacional. A pesar de su pragmatismo frente al gobierno de Chávez, no es descartable que debido a las grandes diferencias conceptuales que los separan se lleguen a enfrentar, un día u otro, o al menos alcancen un nivel de relaciones más distante aunque traten de favorecer las excelentes relaciones comerciales que existen hoy por hoy así como los distintos proyectos en curso, particularmente en el sector energético.

Pero todo lo anterior si bien es importante se queda pequeño frente a lo que considero  la movida menos estratégica de Chávez a nivel internacional; me refiero a su apoyo incondicional al gobierno iraní en su política de enriquecimiento de uranio que puede permitirle, llegado el caso, a construir armas de destrucción masiva. Cuando se pone en peligro la paz, la seguridad y la estabilidad mundial como lo está haciendo Irán, las grandes `potencias cierran filas inmediatamente como ha sido el caso. Aunque existen diferentes intereses en juego que se traducen por apreciaciones distintas en la forma  en que debe solventarse la cuestión iraní, está se ha convertido en asunto prioritario en la agenda internacional. De no lograrse un acuerdo por la vía diplomática y se decidiera la invasión conjunta de Irán, bajo los auspicios de la ONU,  y si Venezuela pusiera en práctica todo lo que ha prometido en caso de una invasión a ese país, por primera vez en nuestra historia nos veríamos involucrados en un conflicto internacional sin medir ni calcular las gravísimas consecuencias que ello traería para la población venezolana y su devenir.

06/06/2006
Publicado en Analítica Premium






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