domingo, 23 de octubre de 2011

ENCUENTRO SANTOS CHAVEZ EN CARTAGENA. 1º DE ABRIL DE 2011.

Fernando Gerbasi

El 26 de abril de 2006, Venezuela se salió de la Comunidad Andina (CAN) y pocos días después del Grupo de los Tres (Colombia-México y Venezuela, creado en 1995). De conformidad con lo establecido en la CAN el comercio bilateral, Colombia-Venezuela se seguirá rigiendo, hasta el 22 de abril de 2011, bajo la liberalización arancelaria convenida en este acuerdo subregional de integración, después de esa fecha, Venezuela pechará con aranceles las exportaciones colombianas encareciéndolos o incluso impidiéndoles su ingreso en el mercado venezolano al hacerlas menos competitivas.

Consecuentemente, para poder mantener e incrementar el flujo comercial binacional es fundamental que ambos países suscriban un acuerdo comercial bilateral, en el cual convengan mantener o mejorar la liberación arancelaria existente que desde 1997 abarca el cien  por ciento del universo arancelario. Este tema es sumamente importante para ambos países pues si bien Colombia se ha  beneficiado, en particular a partir de 2005, del intercambio comercial bilateral, no es menos cierto que necesitamos en mucho de la importación colombiana para satisfacer el consumo nacional, en particular en lo que se refiere a los productos agro-alimenticios, farmacéuticos e industriales intermedios. Destaco  que en el 2010 el intercambio cayó en alrededor del 72% y tan sólo en enero de 2011, las exportaciones colombianas hacia Venezuela cayeron en un 19,9% con respecto al mismo mes del año 2010. Es decir, el intercambio bilateral ha seguido cayendo a pesar de la normalización de las relaciones, el 10 de agosto de 2010.

Es verdad que desde el año 2005 los flujos comerciales mostraron un marcado desequilibrio a favor de Colombia. Pero ello se debió a varias razones de carácter interno. El incremento de la demanda interna se satisface con el componente importado. El país cada día ha pasado ser más monoproductor. El bolívar está sobrevaluado, lo que le resta competitividad a las exportaciones venezolanas y favorece la compra de productos en el exterior. El sector privado venezolano se ve sometido al acoso. No  tiene fácil acceso a las divisas. No se le otorga, cuando lo requiere, los permisos de exportación amén de otras trabas de carácter administrativo que le imponen. Además, está sujeto permanentemente a expropiación o confiscación y es objeto de constantes ataques políticos y legales que restringen su actividad.

Venezuela se ha convertido en un gran importador pero  a través del gobierno nacional.

El gobierno venezolano ha propuesto la suscripción de un Acuerdo de Complementación Económica y Productiva. Con ello pretende un comercio equitativo, justo y administrado. Los dos primeros conceptos son importantes y fundamentales mientras que el tercero, relativo al comercio administrado, distorsiona completamente el libre comercio. Lo que se persigue es impulsar el desarrollo endógeno, por lo que la prioridad de las importaciones son las materias primas, insumos y bienes de capital (máquinas, equipos, vehículos de transporte de pasajeros y carga, etc.) y bienes finales de primera necesidad, en particular alimentos y medicinas, que no se produzcan o no tengan la posibilidad de producirse en Venezuela.

Por su parte  Colombia quiere un acuerdo con un comercio lo más amplio posible, con reglas claras y estables, que incluya los pagos de las compras como la protección de las inversiones,  y sin discriminación alguna.

Ciertamente las posiciones son encontradas en la medida en que Colombia, en el marco de una política comercial de apertura y ampliación de mercados, propicia la suscripción de acuerdos de libre comercio (TLC), mientras que Venezuela, con una visión económica contrapuesta pretende “defender” la producción nacional.

A diferencia del caso colombiano, el empresariado venezolano “no socialista”, que conforma la gran mayoría del sector, no es consultado ni participa en estas negociaciones. Además, sus intereses, como fuerza viva nacional, no serán tomados en cuenta. El sector privado venezolano es cada día menos exportador por las limitaciones que se le imponen; de ahí que las exportaciones petroleras totales representen entorno al 94% del total exportado. Hemos regresado a nuestros primeros tiempos de país monoexportador.

El 1º de abril se reúnen, en la ciudad de Cartagena de Indias y por tercera vez desde la toma de posesión del presidente colombiano, los presidentes  Santos y Chávez. En noviembre del año pasado se reunieron en Caracas y el primer encuentro tuvo lugar el 10 de agosto de 2010 en Santa Marta.

En este próximo encuentro se especula que ambos presidentes firmarán un acuerdo por medio del cual Venezuela le venderá gasolina, a través de ECOPETROL, a los departamentos colombianos del  Arauca, Norte de Santander y Puerto Carreño. Igualmente se habla de un plan para incrementar el turismo binacional. Pero el plato fuerte será lo que convengan, avancen o no, con respecto al acuerdo comercial; aquí hay varias posibilidades:

Que ambos países se pongan de acuerdo, en un tiempo perentorio y antes del 22 de abril (hay que tener presente que un acuerdo de esta naturaleza debería ser discutido y aprobado por la Asamblea Nacional) en un texto satisfactorio para ambas partes (opción poco probable).

Que se imponga la visión colombiana y adopten un acuerdo de libre comercio (Opción poco probable).

Que se imponga la visión venezolana y convengan un acuerdo de “comercio administrado” (opción poco probable)

Que decidan plasmar en un acuerdo las preferencias que actualmente se otorgan en el marco de la Comunidad Andina (no tendría que ser aprobado por la Asamblea Nacional pues no generaría nuevas obligaciones para el Estado venezolano), mientras siguen negociando un acuerdo más amplio y más acorde con los tiempos actuales que incluya servicios y cuestiones financieras, con sus correspondientes obligaciones. (En mi opinión la opción más probable).

Es muy posible que ante la necesidad de importar alimentos y productos agroalimentarios necesarios para ser procesados en el país, el presidente Chávez firme, en Cartagena, acuerdos por medio de los cuales empresas del Estado venezolano realicen estas compras en Colombia sin ninguna contrapartida. El 3 de marzo, Colombia y Venezuela firmaron en Caracas, sin la presencia de empresarios venezolanos pero si colombianos, trece acuerdos que contemplan actas de compromiso para el desarrollo de negocios en los sectores de construcción, textil, alimentación y tecnología genética, entre otros. Según el presidente Chávez, esos acuerdos se delinean dentro de cuatro áreas de trabajo con los encadenamientos productivos, el intercambio comercial, la instalación de las empresas colombianas en Venezuela y la asistencia técnica y capacitación. Pienso, aunque no los he podido revisar por razones obvias, que esos acuerdos son más que favorables a Colombia.

Hay que estar atentos y denunciarlo, si ese fuera el caso, a cualquier pronunciamiento que pudiera producirse en Cartagena con respecto a las negociaciones que se adelantan sobre la delimitación de las áreas marinas y submarinas en el Golfo de Venezuela. Por lo delicado del tema cualquier solución pasa, obligatoriamente, por una consulta nacional.






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